Una de las cosas que
más me gustan del Reino Unido es que tienen muchas “tonterías”, es decir,
tarjetitas para todo tipo de ocasiones, rotuladores con purpurina, sartenes
color rosa y todo tipo de cachivaches que yo ni siquiera sabía que existían.
Todas estas cosas, sobre todo los utensilios del baño y de la cocina suelen
tener a su vez dos versiones: la sosa (que es la que podemos encontrar en
cualquier país de Europa) y la cursi que está llena de color rosa, animalitos
pegados, lentejuelas, purpurinas y demás.
Como ya os he confesado
a mí estas tonterías me gustan mucho y si algún día por motivos de trabajo
termino viviendo en el Reino Unido de manera habitual, mi casa estará llena de
cosas de estas porque ¿quién tienen unos guantes de fregar los platos normales
y corrientes de color amarillo o rosa cuando se pueden tener rosas y verdes
simulando un jardín y con una mariquita pegada en la parte de arriba? las inglesas
pueden tenerlo las españolas nos tenemos que conformar con los guantes feos y
sosos. (Ver foto, lo que hay al lado es un cepillo de fregar los platos que,
por supuesto, va a juego)
Claro que todas estas
“tonterías” no se quedan ahí sino que pasan también al plano alimenticio, por
eso, no es de extrañar que pueda pasarme horas en el supermercado (cuando digo
horas lo digo en sentido literal) observando embelesada todas las cosas raras que
ahí. Me voy a la sección de cereales y encuentro cien mil tipos diferentes:
integrales, normales, con azúcar, sin azúcar, de trigo, de avena, de cebada,
integrales de chocolate y sabor a caramelo, rellenos de avellana o de fresas,
con pasas, con frutas, con caramelos, con forma de galletas cookie pero que en
realidad son cereal… todos ellos muy sanos, con ocho vitaminas y hierro, fuente
de fibra y de calcio... bueno, bueno, el no va más.
En la sección de
congelado ocurre lo mismo: guisantes con mantequilla (sí, lo que estáis
leyendo), verduras con salsa de ajo, pescado con salsa no sé cómo, filetes ya
empanados…vamos que te las ves y te las deseas para comprar algo normal que no
lleve ninguna salsa extraña añadida. Lo mismo ocurre con las patatas fritas de
bolsa, los británicos son los amos de los snacks, yo no sé la cantidad de
bolsitas de tontunas que pueden llegar a tener y además de todos los sabores.
Los que más me llaman la atención son las patatas fritas con sabor a pollo (a
mí me saben a cocido) y las patatas fritas con sabor a gamba. Confieso que no
soy muy de snacks por esa fobia a los kilos de más pero estos sabores los probé
la primera vez que estuve en UK hace ya muchos años. Mis favoritos son los hula
hopos, que son unos aritos de patata, sositos pero muy buenos.
Podría pasarme horas
hablando de los supermercados británicos porque son sitios que me fascinan, la
sección de azúcar y harina es también para crear una entrada a parte así que me
reservo los comentarios para un “post” futuro, pero lo que sí que no voy a
pasar por alto es la sección del chocolate.
Como todos ya sabéis a
mí el chocolate me gusta muchísimo y aunque como buena amante del placer
chocolatero prefiero el chocolate negro, no hago ascos tampoco a su versión
blanca o con leche. Es verdad que he vivido en el país del chocolate (Bélgica)
donde he probado algunos que casi me han hecho llorar de lo ricos que estaban pero
los chocolates británicos tampoco se quedan muy atrás. Si tuviera que elegir
alguno sería el de “Wonka” una tabletita que ha diseñado Nestlé simulando los
chocolates de la conocida película de Tim Burton “Charlie y la fábrica de
chocolate”. “Wonka” tiene tres sabores pero yo me quedo sobre todo con el
“Chocolate Nice Cream” uno que esta relleno de Crema con corazón de chocolate.
Podéis imaginar…
El caso es que como soy
tan choco-adicta me gusta probar todos los chocolates raros que me encuentro en
el supermercado con tan mala suerte que el otro día vi un chocolate negro de
jengibre. Y no he probado en mi vida el jengibre pero el papel era verde y me
recordó a un pistacho y mi cabeza ya empezó a inventarse un sabor así entre el
pistacho y el mazapán y me compré la tableta. En cuanto pagué, lo abrí , lo
probé y me horrorizó; estaba malísimo porque el jengibre pica un poco sabe raro
y me revolvió el estómago. Me empecé a sentir muy mal y cuando llegué a casa el
chocolate salió por donde entró y regalé la tableta horrorosa a mis compañeros
de piso.
Cuesta creerlo pero hay
un chocolate en el mundo que no me gusta y he tenido que venir a UK para
adivinarlo. De todas maneras yo no desisto y seguiré probando todo chocolate y
dulce “raruno” que me encuentre en pastelerías y supermercados porque si bien
con el chocolate de jengibre me salió el tiro por la culata ha habido otras
muchas cosas como los “welsh cakes”, “carrot cakes” o “maple syrup (sirope de Arce)" que me han gustado
muchísimo.
El día que vuelva a
España no echaré de menos el clima británico pero si sus supermercados, aunque
me he enterado que en algunas zonas de costa hay un supermercado llamado “Iceland”
popularmente conocido como el supermercado inglés donde venden gran parte de
estas “tonterías” que en los super españoles no podemos encontrar así que si la
morriña del producto británico me atormente demasiado siempre puedo irme a
vivir a Torrevieja donde tendré un “Mercadona” y un “Iceland” que me ofrezcan
lo mejor de cada uno de los países que más me gustan.
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