PARA EMPEZAR...

PARA EMPEZAR...

Me llamo Marta Fernández, licenciada en periodismo, experta en Relaciones Internacionales y a un paso de ser Doctor en Ciencias Políticas.

Mi pasión por el periodismo y contar lo que pasaba comenzó siendo muy pequeña, quizá tuviera unos seis años, y veía a los reporteros en la tele, cada día en un sitio, contando historias diferentes, visitando muchos lugares, conociendo otras culturas y personas, todo muy apasionante. Y como siempre he sido muy cabezona eso fue justo lo que hice, convertirme en periodista y aunque no se si por azar o por mala suerte (o no), la vida no me está brindando la oportunidad de ser periodista pero si que me está dando la de viajar y conocer diferentes lugares, culturas y personas, a veces lejos de casa, otras veces muy cerca de ella, pero siempre encuentro en todo una historia que merece ser contada.

Ya decían Celtas Cortos "En estos días inciertos en que vivir es un arte", yo lo que pretendo es exprimir al máximo ese arte, contar mis experiencias y compartir mis viviencias que a veces son buenas y otras no tanto, pero que la mayoría de las veces dejan anécdotas graciosas y divertidas que me recuerdan lo maravilloso que es ir...Dando Vueltas por Ahí.



martes, 11 de marzo de 2014

LA MOQUETA


Una de las cosas que más nos llama la atención a los españoles de las casa británicas e irlandesas es la moqueta. Una casa enmoquetada es algo que no entendemos porque las moquetas no hacen más que almacenar polvo, ácaros y raros olores. Cuando nos preguntan desde España:

 –¿y cómo es tu casa?

La respuesta es siempre la misma: -pues tiene moqueta, ya sabes…- y arrugamos el morro porque la moqueta es lo peor.

Pero en Irlanda aprendí que la moqueta tienen su utilidad que es la de preservar el calor y también aprendí que se están dando cuenta que aunque mantengan las casas calentitas es un poco sucia y que lo están empezando a sustituir por parqué que cumple la misma función y es más higiénico. Ante la pregunta que os está rodando a todos en la cabeza sobre mi casa de Cardiff la respuesta es: -Tiene moqueta- y retuerzo el morro cuando lo digo.

A mí personalmente no me gusta la moqueta pero reconozco que la de mi casa galesa tienen un punto a su favor y es que es oscura por tanto es muy sufrida y no se nota mucho la mierda (con perdón). Me alegré mucho al ver el color porque en la casa en la que estuve viviendo en Irlanda la moqueta en principio era blanca, ya cuando llegué yo a la casa había una mancha negra presidiendo la entrada en el salón, ni que decir tiene que  tras ocho meses allí la moqueta blanca ya no lo era. Que coste que no era porque no se aspiraba, era porque se manchaba demasiado porque poner una moqueta blanca es algo no se le ocurre a nadie (solo a la casera de Irlanda).

Volviendo a mi actual moqueta como digo no me molesta mucho, es marrón jaspeado  que es algo muy útil porque no se notan las pisadas, además es un color que al ser tan sufrido parece que da como más calor y hace contraste con las paredes blancas y con los muebles de madera clarita por lo que mi habitación presenta unos colores tierra que me relajan y me gustan.  Hasta aquí todo bien, incluso podéis pensar que me gusta mi moqueta pero no es así porque mi moqueta tienen un inconveniente tan grande que puede más que todas las “ventajas” que intento sacarla y es que cada vez que paso la aspiradora mi moqueta desprende un horrible olor a pies, sí, sí, ese olor al castillo flotante de la feria que es bastante desagradable. A mi favor he de decir que a mí no me huelen los pies y que el olor de la moqueta ya venía de serie, es algo de lo que me percaté el primer día cuando di un repaso a la habitación antes de colocar mis cosas. Al principio pensé que era la aspiradora pero la probé sobre el suelo del baño (que gracias a Dios no tienen moqueta) y no olía a nada por lo que tuve que admitir que a pesar de que la moqueta estaba impoluta a saber qué cantidad de pies y en qué condiciones habían pasado por esa habitación, por tanto tuve que aceptar que mi moqueta albergaba ese olor que tanta grima me daba desde que de pequeña subía al castillo flotante de las fiestas de mi pueblo. Por descontado que mis pies descalzos no tocan esa moqueta y dando gracias tengo que estar que no es un olor constante es solo un olor que aparece cuando paso la aspiradora por tanto he decidido dejar a un lado mis escrúpulos y ser un poco descuidada por unos meses por lo que solo aspiro la habitación una vez a la semana (sin olvidarme de pulverizar el ambiente con absorbe olores después) porque la primera lección que aprendí en Cardiff es que las moquetas ajenas es algo que no conviene mucho remover porque su interior siempre alberga escondida una sorpresa.

 Nota: que conste que a pesar del olor a “castillo flotante” cuando se aspira  mi habitación es muy chula y mi casa es la más limpia de todas las que he tenido en mis estancias en el extranjero, además ya me encargo yo personalmente de que mi habitación huela siempre a colonia, salvo el minuto después de pasar la aspiradora ;)

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