Siempre he escuchado
que correr es de cobardes pero yo no hago caso a ese dicho porque a mí me gusta
mucho y no me considero una cobarde en absoluto. Soy una persona bastante
nerviosa y correr me ayuda a sosegarme, en palabras de mi amiga Fátima: “a ti
lo que te pasa es que tienes mucha energía y necesitas expulsarla de alguna
manera y lo haces corriendo”, yo siempre me río cuando me dice eso pero creo
que tiene razón.
Sea como fuere siempre
que viajo para temporadas largas llevo mis atuendos de correr, me congratula
decir que este año he sumado a mis apaños deportivos un reloj GPS chulísimo de
Nike que me trajeron los Reyes Magos en casa de mi hermano y que ya no puedo salir
a correr sin él. Sí, estoy haciendo publicidad gratuita pero es que me encanta
mi reloj-GPS y la ropa deportiva de Nike. El caso es que al llegar a Cardiff
una de las primeras cosas que hice fue buscar un sitio para correr, y lo
encontré detrás de mi casa porque vivo
justo delante del Bute Park, el parque más grande de Cardiff (creo). Pero la
cosa no quedó ahí porque en el Bute Park se celebran cada sábado los “Parkrun”, un evento deportivo que consiste en una
carrera semanal de cinco kilómetros por el parque. Es un evento que tienen
lugar por diferentes parques del Reino Unido y la verdad que tienen bastante
éxito y se apunta mucha gente y yo no iba a ser menos.
Lo que más me gusta del
“Parkrun” es que hay muy buen ambiente porque no es una competición, es más
bien una carrera contra ti mismo en la que intentas superarte cada semana. No
hay límite de edad para correrla por lo que acuden muchos padres con sus niños
e incluso personas más mayores, lo más importante del “Parkrun” es hacer
deporte y pasar un rato divertido. Pero aunque no sea una competición tengo que
reconocer que yo soy una persona muy competitiva y como vi con el paso de las
semanas que iba escalando posiciones el “Parkrun” se ha convertido para mí en
el acontecimiento más importante de la semana. Desde hace un mes quedo siempre
en muy buen lugar: entre la ciento veintialgo o ciento treinta y algo de entre
cuatrocientos o quinientos corredores, entre las diez primeras mujeres y en el
cuarto o quinto puesto de mi categoría. Reconozco que son muy buenas marcas y que
he mejorado mucho desde que empecé pero a mí ser la cuarta como que no, por eso
cada sábado intento superarme para ver si consigo hacer pódium y ese día llegó
por fin el sábado uno de marzo.
Cuando me levanté vi
que hacia sol, eso hizo que me vistiera con ganas y fuera contenta al
“Parkrun”. La temperatura era perfecta, ni frío, ni calor y mis ánimos se iban viniendo
cada vez más arriba. Un vez que llegué al lugar donde empieza la carrera me
coloqué cerquita de la línea de salida porque el sendero por el que discurre la
carrera es muy estrecho al principio y se forma una pelota que te impide correr
bien. A las nueve en punto dieron el pistoletazo de salida y empecé a correr.
Me sentía con fuerzas y empecé a correr más deprisa, en mi ipod empezó sonar “Counting Start” de One Republic y subí el ritmo, luego ya sonó Bastille que
es mi grupo favorito y el ritmo se mantuvo más alto que otras veces. Una cosa
curiosa que me pasa en Cardiff es que no respiro bien por la humedad y a la
hora de correr eso se nota mucho pero yo solo veía que adelantaba a gente y que
a mí no me adelantaban y yo creo que hasta se me olvidó que no podía correr
bien. Miraba de vez en cuando mi reloj para ver el ritmo y veía que se
mantenía, yo seguía contenta. De repente la vi, ahí a lo lejos…”la mujer
marotoniana”, un mujer que tienen un aspecto de corredora impresionante, muy
delgada y fibrosa; me propuse adelantarla y lo conseguí cuando quedaban 200
metros para llegar a la meta, fue entonces cuando me di cuenta que había
cometido un error, que no se puede esprintar tan pronto y que mi estomago me
pedía a gritos que bajara el ritmo o tendríamos un problema.“La mujer
maratoniana” me alcanzó entrando en la meta y me dieron hasta ganas de llorar,
ella hacia el número noventa y nueve y yo el cien. Aun así sabía que había
hecho buena marca y que ella, “la mujer maratoniana” no es rival porque no entra
en mi categoría. Por la noche me enviaron los resultados había quedado segunda en mi categoría, ya
había conseguido hacer pódium ahora mi próximo reto será…alcanzar a “la mujer
maratoniana”.
Pero los
acontecimientos deportivos del fin de semana no quedaron ahí porque el domingo
dos de marzo se celebraba otra carrera de cinco kilómetros por motivo del día
de San David, el patrón de Cardiff y tampoco me quise perder el evento. Esta
vez el día era malo, nublado y cayendo un sirimiri que hizo que ya llegara
mojada al lugar donde empezaba la carrera. Era una explanada llena de barro por
la lluvia caída la noche anterior y mantenido por el sirimiri del que os he
hablado unas líneas más arriba. Como uno de los
patrocinadores de la carrera era un centro de fitness militar había unos
chicos y chicas muy jovencitos vestidos con indumentaria militar haciendo
demostraciones de los ejercicios que se hacen en el centro, así cogían ruedas
pequeñas de tractor, las daban la vuelta y saltaban dentro y fuera de ellas, de
esta manera hacían carreras entre ellos. También tiraban de cuerdas, hacían
muchas flexiones, tenían que ponerse firmes…vamos que entre eso y el barro me
daba la sensación de estar en Afganistán. Recogí mi chip y mi dorsal y mientras
estiraba me puse a ver los ejercicios que hacían y pensar lo ridícula que quedaría yo intentando
levantar una rueda pequeña de tractor cuando ni siquiera tengo fuerza para
abrir un tarro de mermelada.
Cuarto de hora antes de
que empezara la carrera y estando ya todos los participantes colocados en la
línea de salida, uno de los monitores del centro, guapísimo todo hay que
decirlo, nos dijo por un megáfono que teníamos que hacer ejercicios de
calentamiento todos juntos y empezó a darnos las instrucciones. Fue super
divertido y más aún porque el tipo estaba vestido de militar pero era muy
gracioso y simpático y no le pegaba. Nos iba mostrando los ejercicios de
calentamiento que teníamos que hacer, que también incluían chocar los cinco con
todo aquél que tuviéramos cerca o contar hasta diez todos juntos antes de
ponernos a correr sin movernos del sitio, saltos moviendo brazos y piernas…en
fin, toda una serie de tonterías que nos hicieron pasar un buen rato y empezar
la carrera con ganas y energía.
Me coloqué también de
las primeras y al igual que el día anterior mantuve un buen ritmo durante los
cinco primeros kilómetros, tanto es así que llegué la veintidós de toda la
carrera, la cuarta de todas las chicas y tercera de mi categoría. Me dieron una
medallita y me fui a mi casa tan contenta. A todo esto…había olvidado el
sirimiri que no había parado de caer y llegué a mi casa pingando J
Y ese fue mi fin de
semana, el sábado también disfruté del desfile del día de San David con gente
disfrazada y actividades en el castillo pero fue bastante soso y es que mi vida
en Cardiff no es tan divertida y apasionante como en Bruselas, tanto es así que
he calificado a esta etapa de mi vida como “retiro intelectual” porque no hago
más que documentarme para mi tesis, practicar inglés y correr pero estoy
contenta porque creo que a todo el mundo le viene bien una etapa de “retiro” de
vez en cuando, quien sabe si sigo mejorando mis tiempos de carreras lo mismo me
ofrecen representar a Gales en las próximas olimpiadas aunque de momento me
conformo con ganar a “la mujer maratoniana”.
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