PARA EMPEZAR...

PARA EMPEZAR...

Me llamo Marta Fernández, licenciada en periodismo, experta en Relaciones Internacionales y a un paso de ser Doctor en Ciencias Políticas.

Mi pasión por el periodismo y contar lo que pasaba comenzó siendo muy pequeña, quizá tuviera unos seis años, y veía a los reporteros en la tele, cada día en un sitio, contando historias diferentes, visitando muchos lugares, conociendo otras culturas y personas, todo muy apasionante. Y como siempre he sido muy cabezona eso fue justo lo que hice, convertirme en periodista y aunque no se si por azar o por mala suerte (o no), la vida no me está brindando la oportunidad de ser periodista pero si que me está dando la de viajar y conocer diferentes lugares, culturas y personas, a veces lejos de casa, otras veces muy cerca de ella, pero siempre encuentro en todo una historia que merece ser contada.

Ya decían Celtas Cortos "En estos días inciertos en que vivir es un arte", yo lo que pretendo es exprimir al máximo ese arte, contar mis experiencias y compartir mis viviencias que a veces son buenas y otras no tanto, pero que la mayoría de las veces dejan anécdotas graciosas y divertidas que me recuerdan lo maravilloso que es ir...Dando Vueltas por Ahí.



lunes, 30 de junio de 2014

LOS 10K DE CAERPHILLY

Hace unos meses escribí un post en el que relataba mis aventuras en el “Parkrun Cardiff”, concretamente conté como  María Zubizarreta, a la que apodé “la mujer maratoniana”, me había metido una pasada en un sprint al final de una de las sesiones del parkrun que me dejó seca. A partir de ahí nos hicimos amigas y ha sido en parte gracias a ella y a querer ponerme a su altura por lo que he conseguido grandes adelantos en mis carreras. Por eso, cuando hace poco menos de un mes me propuso participar en una carrera de 10 kilómetros en Caerphilly no lo dudé ni un momento. Hacía muchos años que no participaba en una 10K y me apetecía ver si realmente había mejorado así que ni corta ni perezosa me apunté.

El día del evento deportivo amaneció soleado y caluroso, llevaba toda la semana haciendo buen tiempo y el pronóstico se repetía. A las ocho y media de la mañana llegué frente al museo de Cardiff, el lugar donde había quedado con María y su novio Phill para ir a Caerphilly. Ya estaban allí, muy sonrientes, esperándome en su mini descapotable. Era la primera vez que montaba en un coche sin techo y me sentí como importante aunque es un poco incomodo porque con el aire todo el pelo se viene a la cara. En unos veinte minutos llegamos a Caerphilly. 

Había mucha gente en los alrededores del punto de partida y como no gente disfrazada, había incluso un grupo de chicos que pertenecían a un club de Taekwondo y decidieron correr con el traje; confieso que me pareció algo muy atrevido porque hacía mucho calor y el traje tenía pinta de pesar mucho. Pero lo que más me llamó la atención era la cantidad de chicas y mujeres que iban a participar. Las había de todas las tallas y tamaños porque en Gales la gente es muy dada a participar en eventos deportivos incluso si no están realmente preparados, la verdad es que es algo que me gusta porque el deporte es para todos y la carreras populares también. Lo que ya no comparto es que para pequeñas carreras de 5 o 10 km se tomen geles y bebidas energéticas porque no hacen falta…luego se quejan y dicen que aun haciendo deporte engordan…
Volviendo a la carrera, tuve la ocasión de conocer a más miembros del club de atletismo “les Croupiers”, club al que pertenecen María y Phil y al que me propusieron unirme. Todos fueron muy amables y simpáticos (al tímido estilo galés) y pude escuchar sus hazañas y proezas como la de un hombre que participaba en carreras contra caballos por las colinas galesas o un par de corredoras de ultra maratones.
A las diez de la mañana, con puntualidad británica y bajo un sol de justicia, comenzó la carrera. Antes del primer kilómetro me alegré de haber hecho caso a María y correr en top (cosa que nunca hago porque me da vergüenza) ya que el calor era insoportable, los pobres británicos estaban asfixiados y el olor a crema solar predominaba sobre el típico olor a réflex de toda carrera que se precie.

Confieso que el recorrido fue duro, con muchas pequeñas cuestas que ralentizaban la velocidad y algunos tramos de camino demasiado rectos pero con cuestecita a la vez lo que endurecía el trayecto. Me alegré mucho cuando ya por fin vi el magnífico castillo de Caerphilly ya no solo porque sea una vista muy bonita sino porque la carrera estaba llegando a su fin. Tardé 45 minutos en total en completar todo el recorrido. Estaba muy, muy contenta porque mi primera carrera importante en Gales había sido todo un éxito, el tiempo había sido soleado y estupendo y había batido un nuevo record en 10 Kilómetros.

Me reuní con Phill y María y fuimos a tomar un café con hielo; todos estábamos contentos con los resultados y lo merecíamos. Sentados en el parque frente al castillo y con nuestro refresco en mano, me dieron consejos sobre zapatillas y hablamos sobre todo de carreras.


De vuelta a casa en el mini descapotable y con el viento despeinando aún más mi ya alborotada coleta no podía parar de sonreír, estaba muy contenta con el resultado obtenido porque es señal de que el entrenamiento funciona, eso sí, ahora viene lo más duro que es superar esa marca pero estoy muy animada porque he visto que con empeño se puede conseguir. 

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