PARA EMPEZAR...

PARA EMPEZAR...

Me llamo Marta Fernández, licenciada en periodismo, experta en Relaciones Internacionales y a un paso de ser Doctor en Ciencias Políticas.

Mi pasión por el periodismo y contar lo que pasaba comenzó siendo muy pequeña, quizá tuviera unos seis años, y veía a los reporteros en la tele, cada día en un sitio, contando historias diferentes, visitando muchos lugares, conociendo otras culturas y personas, todo muy apasionante. Y como siempre he sido muy cabezona eso fue justo lo que hice, convertirme en periodista y aunque no se si por azar o por mala suerte (o no), la vida no me está brindando la oportunidad de ser periodista pero si que me está dando la de viajar y conocer diferentes lugares, culturas y personas, a veces lejos de casa, otras veces muy cerca de ella, pero siempre encuentro en todo una historia que merece ser contada.

Ya decían Celtas Cortos "En estos días inciertos en que vivir es un arte", yo lo que pretendo es exprimir al máximo ese arte, contar mis experiencias y compartir mis viviencias que a veces son buenas y otras no tanto, pero que la mayoría de las veces dejan anécdotas graciosas y divertidas que me recuerdan lo maravilloso que es ir...Dando Vueltas por Ahí.



martes, 7 de agosto de 2012

LA BODA DE LUCI




A finales de mayo os conté nuestras aventuras por Granada mientras celebrábamos la despedida de soltera de mi amiga Lucía. Llevamos todo el año hablando de la boda: que si vestido de la novia, que si despedidas, que si peinados, que si que te vas a poner tú, que si vas de largo, que si mejor corto porque va a hacer calor…el caso que por fin llego el gran día y allí estuve volviendo a dar vueltas por mi patria para estar con Luci en este momento tan importante.

Una de las mejores amigas de una no se casa todos los días, así que planee mis vacaciones en torno a la boda, calculando estar una semana antes allí para ponerme morena y hacer acto de presencia en todas las celebraciones, porque eso señores, pareció una boda gitana; empezamos con la pre-boda el jueves por la noche y lo alargamos hasta el viernes(el evento era el sábado por la tarde). No voy a entrar en detalles de la celebraciones de la pre-boda, salvo decir que empezamos a cargar motores con las cervezas y las raciones de “El Rincón de Manolo” (el bar de Nacho) , que seguimos con mojitos y que lo pasamos genial.

 Y por fin llegó el día del evento, con un calor de mil demonios nos dirigimos todos a Toledo para ver a Luci hacer su entrada triunfal por la puerta de la iglesia de San Juan de los Reyes, no sin antes habernos pasado por su casa para verla vestida. En el camino de Torrijos a Toledo nos fuimos acordando de la novia y de su madre (con todos mis respetos a Aurora) porque hacía mucho calor. Yo hostigaba a Nacho al que desde aquí agradezco su paciencia y que se llevara el coche, diciéndole que subiera el aire, que pusiera no se qué música, que escuchara mi lectura de la misa a ver si lo hacía bien…esas cosas. Por otro lado, Alicia y Bea desde la parte de atrás, movían sus abanicos y se quejaban del calor porque íbamos a salir en las fotos con los “bigotes perlados “ y restarían glamur a nuestra estampa. Como podéis imaginar un viaje muy divertido. Paramos en el Hotel Beatriz para recoger a Patri y Luis y seguimos para la iglesia.


La entrada de la novia fue muy bonita y emotiva, iba muy guapa con un vestido que la quedaba estupendo y el velo colocado al estilo pirata lo que daba un aire informal y a la vez glamuroso al conjunto. El novio muy guapo también, pasando calor con el pingüino y con su eterna sonrisa aun más acentuada. Yo también tuve mi momentito de gloria en la misa, leí la segunda lectura y me puse muy nerviosa, sí, una señora periodista acostumbrada a hablar en radio sin parar se pone nerviosa en situaciones como esa, pero bueno como ya he dicho, una de las  mejores amigas de una no se casa todos los días.
 Después de la ceremonia, tirar el arroz y las fotos de rigor nos fuimos al cigarral del Santo Ángel Custodio que era donde sería la cena. Un sitio super bonito, con un jardín cuidadísimo, muy verde y floreado pese a las altas temperaturas estivales del verano toledano. Me sentía como en un cuento entrando por el camino lleno de arboles. Nada más entrar unos camareros nos ofrecieron un coctelito de melón que junto al vestido que llevaba me hicieron sentir como en la gala de los Oscar. Pero ahí no quedó todo, porque de repente apareció un camarero (Iñaki) con una bandeja llena de cervezas fresquitas…y ahí estaba yo vestida de princesa griega observando unas vistas preciosas de Toledo con mi copa de cerveza fría en la mano y la mítica banda británica Oasis sonando de fondo…creedme que casi lloro de la emoción y me hubiera encantado parar el reloj en ese momento y quedarme ahí toda la vida.

 Después empezó el coctel: jamón y lomo ibérico por aquí y por allá, queso manchego, salmorejo, un montón de canapés raros (foia de no sé qué, salmón con no sé cuantas, bolsitas de no sé qué…) bueno ya os podéis imaginar… todo eso regado con cervecitas bien frías que Iñaki nos iba acercando cuando veía que nos quedaba poco, vino, refrescos…en fin cada uno lo que quisiera. Apunto que hablo del camarero Iñaki como si fuera mi amigo porque nos hicimos sus colegas ya que principalmente era el portador de la cerveza y los ibéricos que tantísimo nos gustaron, por ese motivo siempre pasaba primero por nuestro lado…ya sabéis que hay que tener amigos hasta en el infierno.

Después vino la cena, donde pudimos armar un poquito de jaleo y molestamos un poco a los novios y tras ésta el baile donde estuvimos hasta que nos echaron. Lo pasamos muy, muy bien, bailamos un montón de canciones pachangueras, de estas de todo la vida aunque no faltaron los exitazos de este verano (Tacabro, Cali y el Dandy, Paulina…). Me sentía como en las fiestas de Torrijos con tanta música tonta para bailar. El colofón final lo puso el himno del Atleti que todos berreamos como si no hubiese mañana.

Una vez echados del cigarral, bajamos a seguir la fiesta a las terrazas de la Peraleda (seguimos en Toledo) pero allí sustituí el baile por una animada conversación con uno de los primos de la novia. Alrededor de las seis  de la mañana nos empezaron a echar. No puedo dar muchos detalles del viaje de vuelta porque me senté en el coche, me fui quitando una a una las horquillas de mi moño de Helena de Troya y me quedé dormida…cuando me desperté estábamos entrando en Torrijos.
 Fue una tarde-noche estupenda que creo que ninguno olvidaremos fácilmente, sobre todo los novios que horas más tarde cogían un avión con destino a Estados Unidos donde todavía hoy siguen y de donde espero que me traigan un estupendo regalo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario