PARA EMPEZAR...

PARA EMPEZAR...

Me llamo Marta Fernández, licenciada en periodismo, experta en Relaciones Internacionales y a un paso de ser Doctor en Ciencias Políticas.

Mi pasión por el periodismo y contar lo que pasaba comenzó siendo muy pequeña, quizá tuviera unos seis años, y veía a los reporteros en la tele, cada día en un sitio, contando historias diferentes, visitando muchos lugares, conociendo otras culturas y personas, todo muy apasionante. Y como siempre he sido muy cabezona eso fue justo lo que hice, convertirme en periodista y aunque no se si por azar o por mala suerte (o no), la vida no me está brindando la oportunidad de ser periodista pero si que me está dando la de viajar y conocer diferentes lugares, culturas y personas, a veces lejos de casa, otras veces muy cerca de ella, pero siempre encuentro en todo una historia que merece ser contada.

Ya decían Celtas Cortos "En estos días inciertos en que vivir es un arte", yo lo que pretendo es exprimir al máximo ese arte, contar mis experiencias y compartir mis viviencias que a veces son buenas y otras no tanto, pero que la mayoría de las veces dejan anécdotas graciosas y divertidas que me recuerdan lo maravilloso que es ir...Dando Vueltas por Ahí.



miércoles, 22 de enero de 2014

LOS DUROS COMIENZOS


Hace ya dos años y algo que comencé este blog y la verdad, no esperaba que me fuera a dar para tanto y esperaba dejar de dar vueltas por ahí porque una llega ya a una edad en la que le apetece más quedarse en un sitio y solo dar vueltas para ir de vacaciones. De todos modos yo soy de esas personas que creen en el destino y si el mío es tan caprichoso supongo que será por algo. En fin, todo esto para decir…qué duros son los comienzos.

Y…¿por qué son duros los comienzos? Porque acostumbrarse a países, personas y culturas diferentes siempre es complicado al principio, todo esto teniendo en cuenta que al fin y al cabo yo siempre viajo por Europa por lo que las diferencias culturales son mínimas, no me quiero imaginar viviendo en Kuwait como mi amiga Marta o en Qatar como mi amiga Marisol o en Senegal como estuvo mi amiga Irene; en esos casos creo que me habrían echado del país por esa tendencia que tengo a meter la pata o estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Digo esto por una anécdota que me pasó el primer día de universidad que si bien no tiene nada que ver con la cultura del país (o al menos eso creo) si que tiene que ver con mi tendencia a las malas elecciones y estar donde no debo cuando no debo.

En la oficina de la universidad estoy sola, creo que hay más gente en otras oficinas del pasillo pero yo nunca les he visto, al igual que me gusta pensar que hay gente en el edificio aunque nunca haya visto presencia humana alguna. El caso es que en Gales yo no sé si por la humedad, la lluvia, el frío o qué tengo ganas de hacer pis muy a menudo. Había visto que enfrente de mi oficina está el baño de hombres  y la chica que me había dado las explicaciones de donde está cada cosa me dijo que el de chicas estaba por el otro lado. Fui a inspeccionar y en el otro lado solo encontré un baño para caballeros y minusválidos pero ni rastro del de chicas. Pensé que no tenía sentido que hubiera dos baños de hombres así que me metí en el de minusválidos que era el que me pillaba más cerca y ya no podía más. Hasta aquí todo bien, muy limpio y muy bien aunque me dio la sensación de que ese servicio no se había usado en milenios y no me equivocaba. Cuando fui a tirar de la cadena la cisterna estaba más seca que la mojama y yo me empecé a poner nerviosa porque no podía dejar el pis ahí. Muerta de vergüenza porque todo el mundo sabría que había sido yo ya que no parece que haya nadie más en el piso empecé a pensar cómo podría hacer llegar agua al váter para que se fuera el pis.
Mira tú por donde ese día me había comprado una taza para la oficina para el agua, el té o lo que fuera, muy bonita por cierto, de cerámica y con forma de cebra así que rauda y veloz por si a alguien le daba por entrar a ese baño me fui a coger la taza para echar agua en el wc. Y ahí estaba yo al más puro estilo Mr. Bean cogiendo agua del lavabo y echando “tazazos” por el váter, una situación muy ridícula la verdad, pensando que cualquiera que me viera en semejante situación y riéndome, por supuesto, de que siempre me tienen que pasar a mí esas cosas.

Tras muchos “tazazos” de agua el pis se fue, mi trabajo me costó y no he vuelto a usar ese baño ni creo que lo haga, total vaya al que vaya de ese edificio siempre será de caballeros y mi taza prefiero usarla para lo que la compré, tomarme un té calentito a media mañana.

2 comentarios:

  1. ¡¡Jajajaja!! Te imagino riéndote y maldiciendo a partes iguales...

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  2. ¡Jajajajajaja! La risa vino después, cuando me vi en el espejo lanzando tazas de agua a un wc con una taza de cebra...es muy ridículo, de verdad :)

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