En la primera entrada
que publiqué sobre mi llegada a Gales creo que expliqué que estaba en Cardiff
realizando una estancia investigadora para mi tesis doctoral. Lo que dudo que
dijera es el tema de mi tesis. Solo lo hago si me preguntan porque cuando lo
digo todo el mundo me mira con asombro, me dicen que es muy interesante y a
veces solo algunos valientes me dicen que vaya cosas como si no estuviera bien
de la cabeza. Yo de todas maneras me siento muy orgullosa de estar investigando
lo que estoy investigando y mucho mejor que a la gente le parezca raro, me da
muchos más ánimos para seguir. Para los que no lo sepáis mi tema de
investigación es la piratería marítima y estoy en Cardiff porque su universidad
cuenta con un super experto en el tema que es el que me está llevando la tesis
aquí.
En España mi
experiencia con la tesis doctoral es mala, no hay presupuesto para doctores y tenemos
que investigar por nuestra cuenta. En UK los estudiantes de doctorado si que
reciben dinero por ello (aunque yo como solo soy visitante no puedo aprovechar
esa ventaja), además la relación profesor-alumno es muy directa, hay reuniones
semanales en las que los tutores te encargan una serie de tareas y hay que
cumplir con los plazos, a su vez intentan introducirte en el mundo del tema que
estés investigando y facilitan tu participación en foros, publicaciones,
seminarios y en mi caso hasta en conferencias internacionales, pero ese será un
capitulo para el que tendremos que esperar unos meses.
Teniendo en cuenta que
mi tutor es un experto en la materia, no es de extrañar que esté impartiendo un
seminario de piratería al que yo estoy invitada a ir. Fue una invitación muy
curiosa, porque mi nombre estaba en el
programa antes de que yo aceptara, el segundo día de seminario iba a tener mi
media hora de gloria explicando a los alumnos la piratería en diferentes zonas
del mundo. ¡No me lo podía creer!, estaba muy contenta y asustada a la vez
porque impartir una clase de piratería en inglés es algo que no pasa todos los
días. No era la primera vez que lo hacía ya que mi tutora en España me había
brindado la oportunidad el pasado mes de noviembre impartiendo en un máster
oficial de la Universidad Complutense de Madrid una clase de tres horas sobre piratería en
Somalia. En diciembre hice lo mismo pero por videoconferencia para la Universidad Tecnológica Equinoccial, UTE, Campus de Santo
Domingo en Ecuador. Lo que pasaba es que en ocasiones anteriores lo había hecho
en español, mi lengua materna y ahora tenía que hacerlo en inglés y el profesor
no me dejaba leer mi discurso sino que tenía que hablarlo. Estaba muy nerviosa
porque no es lo mismo hablar inglés en un bar, con amigos o como turista que
hacerlo a nivel de clase. Además había escalado un nivel, iba a impartir una
clase de piratería a los británicos que es como impartir una clase de
tauromaquia a los españoles, tenía que estar a la altura.
Preparé
muy bien el power point y el texto con lo que iba a decir, en balde intenté aprendérmelo
de memoria pero nunca podía reproducirlo tal cual con lo que decidí dejarlo a su
suerte. El viernes por la mañana Christian, mi tutor, me recibió con un gran
sonrisa y me preguntó que si estaba preparada. Le dije que no, que estaba
asustada y que me daba miedo que los alumnos no entendieran mi inglés.
Christian me dijo que solo tenía que pensar que los angloparlantes normalmente
no hablan más idiomas que el suyo por lo que tengo que estar orgullosa y no
menospreciarme. No me quedé muy convencida pero bueno.
Aquel día
las dos de la tarde llegaron super pronto, llegué pronto al aula para preparar
el power point, los alumnos fueron llegando poco a poco, Christian me dijo que
yo intervendría en la segunda parte de la clase. Durante la primera parte
trabajamos en pareja, como yo soy a la vez alumna del seminario trabajé con un
compañero indio muy simpático. Christian se esforzó en que yo hablara y
participara para perder la vergüenza y yo colaboré encantada. Gracias a ese
ejercicio cuando llegó la hora de mi exposición todo salió como la seda, solo
tuve un problema con la pronunciación de la palabra “features” (rasgos) pero
mis compañeros me enseñaron a decirlo bien. Había programado hablar unos 15
minutos pero al final estuve media hora. Todo había salido rodado.
Al
terminar mi exposición todos me aplaudieron y me dieron las gracias, yo no
cabía en el aula de lo contenta y lo orgullosa que estaba. De camino a casa me
compré una Cookie de tres chocolates para merendar y celebrar mi primera clase
sobre piratería marítima en inglés.